viernes, 29 de agosto de 2008

Malos humos

Detesto el humo. Sobre todo el humo que proviene de ese filtro relleno de nicotina y no sé cuantas otras cosas, que algunos utilizan para boicotear su organismo aún conscientes de ello, portándolo entre sus dedos cual trofeo...

En determinadas circunstancias, me toca tomar ración de "ajo y agua" porque es un hábito social, que da un bonito color nicotínico a los pulmones, no es comestible y lo más triste: que cuesta dinero. Si al menos intoxicarse fuera gratis... (Qué tontería no?)
Y la típica excusa: "De algo hay que morir"... ¿De Bobo?". Y otra típica: "mi tatarabuelo fumaba como un carretero (con todos mis respetos a los carreteros) y murió de viejo" (Habría que ver con qué calidad de vida el pobre hombre).
Otros somos fumadores pasivos. Sí, yo paso cantidad. Total, por un poco de humo más en los pulmones (recuerda: el total es lo que cuenta)

Luego un tipodemanda a Tabacalera y se forra. "Eto increible" como dictaba Bisbal.
Es lógico que haya tanto sin sentido en el tema del tabaco ya que no utilizamos + que el 10% del cerebelo... Pero es que ni lo intentamos!
-"Claro, tú no lo entiendes porque no eres fumador". - "Mire usté, sí, soy fumador... pasivo, que paso de malos humos aunque me toque respirarlos gratuitamente".

Por eso puede tener amigos, y compañeros de trabajo fumadores... Pobres, no les culpo, si son esclavos de de la nico, vaya adicción (aunque haya algunos que utilicen la disculpa para no dejarlo) Pero si cojo a aquel que implantó el negocio del tabaquismo...

Apuesto a que si bajara ahora mismo un extraterrestre, lógicamente con más vida inteligente que nosotros, añadiría: - "Percebes, os han engañao a todos con ese tubito de aspirar humo" (En esta sociedad nos quieren engañar con tantas cosas...)
En fin, tan solo quería desahogar mi indignación recordando como me ahumaban en un pub sin comerlo ni beberlo (pero si aspirándolo)

martes, 26 de agosto de 2008

Despertando al niño interior.


Todos llevamos dentro un niño interior… O ya lo olvidaste?...

Ese que te permitía ser tú mismo, sin complejos, ni ideas preconcebidas, espontáneo y sin prejuicios…
U olvidaste que de niño eras auténtico, genuino: tú mismo.
Hay personas que mantienen vivo su niño interior, sin miedo a cometer locuras, sin preocupación por lo que piense o no la gente, ese tierno y loco que vive la vida, claro está, amando, y no pisoteando y lo que es peor pisoteándose a sí mismos… Por miedo…. Porque tal vez sea el miedo el que cubre nuestro pequeño ser y que en el fondo desea ver la luz.

De pequeño no tenía ganas de “crecer” pues tenía la idea concebida de que un ser adulto era un espécimen serio, rígido, que guardaba las formas. Alguien que apenas sonreía y estaba obligado a vestirse de determinada manera.

Pronto descubrí que hay genialidades con patas, adultos íntegros pero que elevan su niño en brazos, tan latente, que irradian vida por cada poro de su cuerpo.

Aparentemente… Soy yo.

Busco mis pasos a lo largo del día y puedo contemplar la vida que quedó atrás. Siendo un idealista vocacional, continúo imaginando posibilidades, redescubriendo sueños que dejé olvidades sobre el escritorio.

Aparentemente puedo sentirme un ser superficial, tocado por la ignorancia de sentirse vivo, Aparentemente amo la vida y siento a veces no hacerlo con las ganas suficientes, pero solo aparentemente.

Es sencillo dejarse llevar por ella, pero cuan más difícil encontrar la llave para materializarnuestros planes.
Otros ven de mí una parte de mi mundo, que aparentemente no es más que algo subjetivo para ellos.
Lleno de inquietudes por descubrir y con la cabeza por dar asiento, me prometo encontrar la respuesta a todo lo que me acontece. Porque aparentemente... Soy yo.