Se ha borrado mi sonrisa

Se ha borrado mi sonrisa, por olvidar quien soy.
Se ha borrado mi sonrisa, por ver el mundo con ojos ciegos.
Se ha borrado mi sonrisa, porque me separé de la fuente que me da vida, por creer que sabía ser yo mismo.

Se ha borrado mi sonrisa, al tropezar de nuevo con los mismos obstáculos.
Se ha borrado mi sonrisa porque, por un momento, olvidé a mi niño interior.

En estos momentos, necesarios, mi alma cree morir, pero espero pacientemente otro día en que poder vislumbrar nuevo horizonte, en el qué poder volver a ser y íntegramente
Y poder demostrarme a mí y no al mundo, que soy como quiero ser.
Días como este son los que te hacen preguntarte quien eres, en que momento te desviaste de tu camino y donde quieres llegar. Días como este te permiten evolucionar y desarrollar un mejor plan para arreglar las cosas.

Hoy ser ha borrado mi sonrisa, pero sé que tengo las herramientas necesarias para redibujarla de nuevo con más fuerza.

Ser… humano.

Hay quien cree que somos diferentes, pero creo que somos más similares de lo que creemos.

Hemos desarrollado múltiples formas de ser, de actuar, comportarnos y mostrarnos al mundo, también afectados por diferentes patrones educacionales, culturales o aprendidos; pero a pesar de ello, los seres humanos somos tan parecidos, tan semejantes…
Todos necesitamos algo. Toda la gente necesita sentirse querida, valorada. Todo el mundo desea ocupar un lugar. Toda persona necesita respeto. Cualquiera quiere ocupar un lugar respetable. Cada uno quiere ser ayudado y cada cual necesita sentirse útil.
Tal vez lo único que nos diferencia a todos es la manera de relacionarnos y de conseguir todo lo que nuestras emociones necesitan. A veces se fomenta el ego en diferentes formas o anteponiendo nuestros intereses a los de los demás…
Todo hijo de vecino quiere ser importante… hmm: Es agradable ser importante, pero más importante, ser agradable…
Es la forma de estar y de ser en el mundo la que, tal vez cambiaría la forma de relacionarnos si contribuyésemos a ser nosotros mismos sin conductas que nos empujen a perjudicar consciente o inconscientemente a otros.

Como en una noche de otoño... Crucé la puerta de una librería muy concreta y tomé el primer libro dejándome llevar por mi mano al azar, abriéndolo por la mitad y realizando una "lectura automática", el dedo índice señalaba el párrafo:

"Todo el mundo quiere ser único y especial, pero de lo que muchos no son conscientes es de que todos somos únicos y especiales."