Cuanto nos cuesta darnos cuenta
que generalmente estamos cada vez más apartados de nuestra verdadera
naturaleza, de lo innatamente natural, de las cosas con las que conectamos
realmente y nos hacen más felices
(Felicidad real, no material ni basada en los deseos)
Soy uno de tantos que no se percata
de ello conscientemente hasta que, por un momento, reacciono al pasear con bicicleta
por un paraje agreste, verde, en un día pleno percibiendo que estoy respirando
un aire más sano, alejado de la
polución a la que normalmente están mal
acostumbrados los pulmones…
Invadidos de alguna forma por los
aparatos electrónicos (PC´s , móviles, tablets, TV…) y la mera rutina laboral y
diaria, ¿por qué no darse el gusto, al menos una vez por semana de pasar el día
completo en plena Sierra de montaña,
en la naturaleza, alejados de las cosas a las que estamos habituados y conectar
con aquello de lo que formamos parte y de donde venimos, porque gran parte de
las cosas que nos rodean no son naturales. Tan solo han sido inventadas…
Pero lo natural siempre es bueno,
siempre es sano, siempre está ahí al alcance de todos y muchas veces casi ni se
percibe y aprecia.
Realmente doy fe de que merece la
ocasión pasearse por caminos y parajes
agrestes, verdes, naturales y poder contemplar
el río, vegetación, así como percibir la gran diversidad de aromas siempre naturales, y como no, respirando
oxígeno libre de humos contemplando un paisaje ideal… deleite para los sentidos
y conexión con lo que, al menos por un día, consigue hacerte sentir con libertad
plena.